viernes, 1 de mayo de 2020

Extraños

CAPITULO I

Empezar a narrar siempre es complicado, quiero que entienda usted, mi lector (y ahora mismo mi cómplice), que la "inspiración" llega de forma... poco sutil a estas, nuestras palabras.
Deseo hacerle constatar a través de este pobre escrito, mis desventuras amorosas. No obstante, antes de criticar mi texto y a mi persona, debe saber que en mi hay cierto aire... pretencioso.

Amigo mio, no tengo problema en asumir la critica, mas no es el tema que hoy nos atañe en esta ocasión; ---Como podrá darse cuenta, empezar a narrar siempre es complicado para mi.---
Así que empezare por contarle quien soy, o para nuestros fines prácticos, que es lo que soy.

Soy un trompetista, no soy un músico o al menos no me atrevería a decir que soy uno, en realidad no soy mucho de lo que desearía ser, estudie en el Conservatorio Nacional de Música ya que no fui admitido en Bellas Artes, y tras un paso inhóspito en la Orquesta Sinfonica Mexicana, me mude a Nueva Orleans.

Oh! Nueva Orleans, en mi cara se dibuja una sonrisa ahora mismo, esa sonrisa tiene una nombre o solía tenerlo, Mildred, oh! Mildred, era una mujer o mejor dicho una niña negra de 17 años, vivía en el mismo edificio que yo y si se lo preguntan... cadera despampanante, muslos bien dotados, ojos color miel y una increíble voz.
Solía cantar en la iglesia local, nadie lo decía, pero era evidente que los hombres la deseaban.
Yo tocaba para una pequeña banda recién formada, como segundo trompetista, aun siendo el único que no había aprendido a tocar un instrumento de forma empírica.
Tocábamos literalmente en cualquier lugar donde hubiera paga, usualmente en cantinas del distrito Faubourg Marigny. Muchos negros, mala paga.

La fiebre del jazz le pertenecía ahora a Chicago y Nueva York, y aun me siento como un idiota al apostar ciegamente por el que fuese mi lugar de residencia. Para ponerlos un poco en sintonia, mi familia tenia recursos suficientes para mantener una grupo numeroso de hijos, no eramos acaudalados pero tuvimos todo cuanto quisimos, casi.
Cuando tenia 12 años, y de camino a casa, vi día tras día como pintaban un mural, en ese momento era muy joven para entender su intención, pero aquello poco que alcanzaba a ver fue suficiente para encender algo en mi interior, todos esos sentimientos, en una pared.
Decidí entonces que seria pintor, mi padre jamas lo aprobó, después de 2 años perdí la cuenta de las veces fui golpeado para convencerme de que un oficio era lo mejor para mi, ya que era un vago y no era especialmente bueno en la escuela. Y a pesar de todo, mi madre y mis hermanos mayores convencieron a mi padre de inscribirme en una escuela de arte, nadie contaba con que, cuando se trata de arte y de la pintura en especial, la pasión sin talento no era suficiente.
Al final, música, la salida que mejor se presento, un poco de coordinación física y el talento, apenas suficiente, para ingresar a una buena escuela.
Para ser sincero, en ese momento realmente prefería trabajar de un oficio, antes que estudiar música. Pero las riñas con mi padre eran ya tan habituales que solo seguí para callar sus quejas.
Y lo de ir a Nueva Orleans, un momento de ofuscación. Tenia 19 años y a pesar de no ser el hermano mas joven, era el único que no aportaba ni un peso. Mi padre me confronto, yo ya no era un niño y la disputa paso a ser una pela de hombres. No termino bien.
Mi madre me dio sus ahorros y yo huí...

Toque mucho en eso años en Faubourg Marigny, naturalmente y a pesar de no tener talento, mi trompeta me llevo a Vieux Carre el distrito francés. Menos negros, mejor paga.

Tras una gran noche para el grupo en un restaurante, un comensal se acerco a nosotros, nos felicito enérgicamente, aludiendo nuestro estilo "shoqueante" (its shocking), pero se dirigió a mi con mayor interés y con sutileza me propuso que esperase a que saliese del restaurante. Mientras el regresaba a su mesa, note tras un vestido rojo las increíbles piernas entrecruzadas de su acompañante, reconocía esas pantorrillas, las había visto muchísimo tiempo en la iglesia, y aunque nunca fui un devoto, fueron pocas la veces que me perdí la oportunidad de ir, a verla...

Ella parecía hipnotizada, yo no había puesto atención, pero aquel tipo era apuesto y lucia un traje de etiqueta, tenia postura firme y hablaba sin ningún tipo de inhibición.
Yo, tenia tiempo que no la veía, así que era evidente que ese rufián era su hombre. Colérico, me marche de inmediato.
No seria la burla de ese... pendejo.
De cierta forma, me recordaba a mi padre. Me provoco las mismas sensaciones y las mismas ganas de romperle la cara.

Me dirigí a un bar para el que trabaje, si algo había ademas de negros en Faubourg, era alcohol fuerte y barato. Es difícil competir con esos hombres (los negros), parece como si 10 tragos les hiciera apenas el efecto de uno*, sin mencionar la música y el deporte. Me resultaba irónico cuando Hitler aseguraba lo contrario.* Me canse del color negro, inevitablemente me recordaba a Mildred.
Así que regrese a casa. Pero ahí estaba ella, esperando sentada afuera de su departamento mientras con una mano jugaba con uno de sus tacones. 

Me imaginaba cualquier cosa, antes que fuese yo el hombre al que esperaba.

Querido amigo lector, deseo hacer una pausa para que usted pueda entender, que en mi estado y el maquillaje que realzaba su belleza, era motivo suficiente para que yo balbucera un par de tonterías, que omitiré pues el recuerdo ya es lo bastante vergonzoso como para revivirlo en palabras...

Estaba enojada, me explico que aquel tipo del restaurante era un importante productor y que de echo había sido ella quien me recomendó, y que fueron con la única intención de escucharnos.
Con el mayor esfuerzo, trate de lucir cabal y de inventar un excusa que pareciera creíble.
Pero, termine confesandole que si fuese yo quien cenara con ella, habría preferido tomarme mi tiempo.
De alguna forma esto causo ternura en ella, por lo que fui premiado con su toque tierno en mi piel mojada, de sudor o alcohol quizás, no le importo. Compartimos miradas y creí que ese era el momento perfecto, lo fue, pero mi comportamiento enérgico termino por disuadirla y me aparto aun mas enérgicamente, se dirigió a su hogar y yo me fui derrotado al mio.
Recordar su gesto de decepción, me hizo pasar un fin de semana terrible, entre la resaca y el malestar apenas comía, no obstante dedique mis esfuerzos a pensar únicamente en ella y como solucionar ese grave error. La busque en su departamento en repetidas ocasiones solo para darme cuenta que ella había dejado a su familia y a ese lugar. Tome largas siestas donde apenas lograba conciliar el sueño, hasta que el domingo llego y mi oportunidad de verla en la iglesia.

Como nunca antes, llegue a primera hora, al fondo del todo, maquinando la forma de acercarme. Pero el tiempo pasaba y los asientos se llenaban y en el coro había un lugar que seguía vació, pensé en muchas pendejadas, pero fui interrumpido por un miembro de mi banda, que se sentó a lado mio. Habia olvidado ir a tocar ese fin de semana, intento guardar compostura tanto como pudo, hasta que los asistentes lo hicieron callar.
Enfrentamos el resto de la misa en silencio, cada quien reflejando su estado de animo en los gestos, ella nunca llego, aun distraído, el y yo compartimos palabras al final del evento, a pesar de su enojo, traía buenas noticias, el mismo acompañante de Mildred en Vieux buscaba a alguien que tocara junto a su estrella emergente del radio. Solo nos quería a nosotros dos, me preocupe al saber que tendría que tocar el trombón o la corneta, pues era especialista únicamente en la trompeta, mas solo le interesaba nuestro aspecto. Decidí aceptar por la paga, realmente no quería trabajar con ese productor, ademas, quien sabe, podría verla de nuevo...

CAPITULO II

Los acontecimientos posteriores, son meras nimiedades, podría explicarles como viajaba 2 horas desde mi departamento a los estudios de grabación. De como Gerald (el productor) era un insufrible. O de como un quinteto musical se había formado sin que un solo miembro fuera particularmente talentoso.

Pasaron un par de semanas desde que firme mi sentencia de muerte (mi contrato), era extraño en este punto que las únicas personas con pigmento en la piel fuéramos los que estábamos en la cabina. No la pase bien, nunca me había sentido avergonzado por mi piel morena, hasta ese momento. Nunca tuve predilección o apatía por alguna raza, pero empezaba a odiar el blanco.
Irónicamente comencé a extrañar tocar en Faubourg.

Al principio no me importo demasiado, pero los pequeños errores se convertían en portadores de tempestades. Eramos 5 músicos y tres mujeres coristas, usualmente trabajamos separados de las chicas, pero cada tanto coincidíamos. Conmigo y mis compañeros note cierta brutalidad cuando nos regañaban, pero con ellas no había filtros, en mas de una ocasión terminaron llorando, no lo se con seguridad pero no me sorprendería que lo hicieran frecuentemente.

Una de ellas contenía el llanto, no ponía excusas y obedecía, era inquietante verlo. Se notaba la frustasion en Gerald, se había convertido en un situación de orgullo y control mas que de música.

martes, 9 de enero de 2018

Critica Recuerdos del Ayer

RECUERDOS DEL AYER (ISAO TAKAHATA, 1991)

Recuerdos del ayer es una pelicula de Studio Ghibli, dirigida por Isao Takahata cofundador de Studio Ghibli. Dentro de sus obras están también: La tumba de las luciérnagas y Heidi.
Es una obra que desde el comienzo nos deja ver la cultura, costumbres y vida del Japon de los años 60. Detalles como la cantidad de gente en los trasportes colectivos, los cambios culturales que trajeron de occidente como the Beatles, la rareza de algunas frutas para los japoneses, la rigidez de los padres y el peso de las etiquetas sociales son entre muchas cosas lo que hace a este película animada una de las que mejor retrata el costumbrismo de un país.

Al terminar de ver esta película tenia una sonrisa de oreja a oreja e inmediatamente busque reseñas para poder digerir de mejor manera la película, pues, ¿quien no quiere hablar de lo que acaba de ver y que le a resultado asombroso?, quería saber si compartia ese sentimiento de aceptación hacia el filme con mas de algún espectador.
Y me termine encontrando con frases como, "Quizá pueda resultar un argumento preparado para ser bien llevado y dar un film calido y tierno, pero la impresión que me ha quedado de la película es más bien negativa. Soporífera hasta la extenuación, muy pesada en todos sus momentos..."
Y, entiendo que exista gente que no le agrade el genero de las cintas que traten hacerca del costumbrismo, incluso si lo comparamos con obras de Studios Ghibli como la Princesa Mononoke y El Viaje de Chihiro puede que algunos encuentren a esta película lenta en comparacion, pues no esta echa para la acción, pero llamarla SOPORÍFERA, creo que es sumamente exagerado.

Aun así... encontré varias de estas reseñas negativas y creo que el principal problema de esta obra radica en el publico con el que puede ser empatico, ya que considero que puede ser un publico un tanto reducido si tenemos en cuenta que la animación tiene el prejuicio de estar dirigida solo para niños, así que los pondré en contexto.
Durante la película nos muestran una joven citadina de 27 años llamada Taeko que realiza un viaje al campo, perdida entre su yo del presente y sus recuerdos de su yo de 10 años, y que a diferencia de otras protagonistas en obras de Studios Ghibli, Taeko es presentada como una niña promedio, sus rasgos mas distintivos surgen en los flasbacks de sus niñez haciéndola ver como una niña consentida y melindrosa.
Nos muestran como el padre es el que tiene la mayor jerarquía en la familia, y se demuestra cuando decide no dejarla participar en una obra para una universidad cuando era niña, aun cuando sus hermanas, su madre, su abuela y la propia Taeko les entusiasmaba la oportunidad que se le brindaba. O en una escena bastante fuerte de cuando la abofetea por salir descalza de su casa, algo que podría parecer extremista y que se presume ser parte del estigma social de la época.
En su niñez nos muestran como viven las niñas los cambios físicos dentro de su escuela, vemos como las amigas de Taeko tratan de afrontar su regla con cierta madurez a lo que Taeko prefiere quedarse en "stand by", en el estatus quo que tenia hasta ese momento.
Dándonos en una escena esta frase: Si la oruga no se convierte en crisálida, jamás podrá ser mariposa.
Donde la metamorfosis de la oruga representaria crecer y he aquí el tema central de la película, ya que Taeko aunque se nos muestra madura en su etapa adulta, tras sus recuerdos deja ver que no ha dejado de ser la niña de 10 años a la que le aterraba la regla. Esto se ve reflejado en su presente tratando de evadir la presión social por el echo de que ya es mayor y la idea que debería casarse.

Y es por esto que Taeko amaba la idea del ir al campo, no por que amara el campo en si, si no por que ahí era dueña de si misma, era libre de decidir su futuro y de elegir sus acciones. Y cuando la abuela que vivía en la granja donde iba de vacaciones la confronta diciéndole que debería casarse con el joven con el que convivia en ese lugar. Taeko se aterroriza, igual como lo hizo con su regla y huye, no por que no se sintiera atraída al joven si no por que dejaba de ser libre.
Muchas de estas cosas podrán parecer meras trivialidades, pero el echo es que al igual que Taeko hay muchas personas que hemos pasado o pasan por los dilemas existenciales que conlleva crecer, el echo de mirar a tu yo del pasado y ver que no eres ni por asomo el adulto que imaginaste, que aquellos sueños de éxito eran opacados por un camino de vicisitudes que te hacen preguntarte ¿a donde mierda te diriges? en fin...
Considero que el publico joven, no podría entender del todo este sentimiento y aquellos que nunca sufrieron de este tipo de ansiedad, pues es muy probable que lo encuentren muy pesado o muy distante.
Es por esto que creo que el filme no esta dirigido a todo el publico.
Y es una lastima por que sabe plasmar la vida de un niño, incluso no siendo japones, es fácil asociar muchas de las cosas de la niñez de Taeko.
Las caricaturas y su relación con ellas, su primer amor, las calificaciones escolares y como las tenia que afrontar con sus padres, los altibajos en la relación con su familia, los berrinches que hacia y lo orgullosa que podía llegar a ser, incluso la hora de gimnasia me trae recuerdos de mi propia niñez.

Sin descartar que también sabe plasmar la vida de un adulto. La monotonía, el trabajo, la insatisfaccion y el contraste entre dos etapas que el tiempo hace mas y mas distantes.
Recuerdos del Ayer es un duro pero tierno reflejo de la realidad de muchas personas, una obra que de atraparte te sacara mas de un suspiro.